31/10/2023

Economía circular: clave para reducir la huella ambiental de la industria textil

Entrevista a Irina Reyes, cofundadora de la Cámara Diseña Sustentable, entidad articuladora del APL “Economía Circular en prendas de vestir de primera mano”.

Economía circular: clave para reducir la huella ambiental de la industria textil

La moda rápida ha disparado la cantidad de ropa que se produce, pero también la que se tira. En Chile, el consumo va al alza. Entre 2000 y 2015 doblamos la cantidad de prendas que consumimos, aumentando de 13 a 50 en promedio, y más de un 50% de los textiles de moda rápida que se producen son descartados en menos de un año. Esto significa más de 572 mil toneladas anuales de residuos textiles, lo que representa alrededor del 7% de los residuos sólidos urbanos por habitante. 


Entre las estrategias que se han trazado en el país para afrontar el impacto medioambiental de los productos textiles está el Acuerdo de Producción Limpia (APL) “Economía Circular en prendas de vestir de primera mano”, firmado el 10 de octubre por la Cámara Diseña Sustentable, una asociación gremial que busca generar puntos de encuentro entre todos los actores del ecosistema emprendedor que tienen interés en minimizar el impacto de la industria textil, moda y diseño, buscando impulsar políticas públicas y privadas que impulsen una industria textil cada vez más sustentable.


Irina Reyes, cofundadora de la Cámara Diseña Sustentable, profundiza sobre la huella ambiental de esta industria, catalogada como la segunda más contaminante del mundo, y explica las claves del APL que cuenta con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente y el Servicio Nacional de Aduanas.


¿Qué valor le asigna el gremio a los APL y por qué es tan relevante para el sector avanzar en la correcta gestión de los residuos textiles y promover la economía circular de la ropa?


El valor está en promover en las empresas productoras, importadoras y comercializadoras de textiles la responsabilidad extendida del productor, a través del diseño de un modelo de gestión que permita un manejo adecuado de los residuos textiles pre-consumo y post-consumo de prendas de vestir de primera mano, mejorando la información base del sector como insumo para la futura regulación de textiles en el marco de su incorporación a la Ley N° 20.920.
 
Nos parecen altamente positivos los pasos que ha dado el Ministerio del Medio Ambiente con el avance en la estrategia textil o la elaboración de los estudios económicos que preceden a la incorporación de un producto como “prioritario” para la Ley REP.


Este impulso permitirá el correcto manejo de los residuos textiles y, por sobre todo, generar un mercado de gestores textiles  y de este tipo de iniciativas, donde se visualiza la posibilidad de incentivar la difusión, transferencia y transformación tecnológica para promover procesos competitivos de recuperación y reciclaje de textiles, que permitan viabilizar el desarrollo de modelos de negocio circulares y la mejora de la capacidad de venta en mercados secundarios para los residuos textiles.


¿Cuáles son los principales problemas de la industria textil en este ámbito?


En nuestro país el problema se hace evidente con las imágenes del desierto de Atacama, que nos muestran que alrededor de 40 mil toneladas de ropa son arrojadas en ese lugar; particularmente, es un problema que afecta a la comuna de Alto Hospicio.


El diagnóstico que realizamos en la Cámara deja en evidencia el rápido aumento de los volúmenes de producción y la vida útil cada vez más corta de los productos. La producción de ropa se ha duplicado aproximadamente en los últimos 15 años, mientras que la cantidad de veces que se usa una prenda antes de ser descartada ha disminuido un 36%.


El sector genera diversos impactos medioambientales, entre ellos la emisión de un 8% a 10% de los gases de efecto invernadero del mundo. También en el consumo de agua y en la generación de residuos. La quema o entierro de textiles es equivalente a un camión de basura por segundo, mientras que cada año se vierte medio millón de toneladas de microfibras en el mar, equivalente a tres millones de barriles de petróleo.


¿Qué se espera que suceda de aquí al 2030 como resultado de la Ley REP y de la Estrategia de Economía Circular para textiles que está en elaboración?


La Hoja de Ruta para la Economía Circular del país al 2040 considera la incorporación de la ropa como un producto a regular, por ser una importante carga medio ambiental y eso queda en evidencia cuando se impulsa, por parte del Ministerio del Medio Ambiente, una estrategia participativa que nos dé un punto de partida no solo desde el sector público, sino que involucrando a la academia, ONGs, generando capital social.

Para abordar las cuestiones de sostenibilidad, se debe hacer también con los consumidores, y la estrategia considera ese aspecto, es decir preocuparnos de qué hacemos con los productos después de la compra y capacitar a los clientes para continuar con la economía circular. Esperamos que la Estrategia  proponga buenas prácticas  para la circularidad de los residuos textiles y fomente la  apertura de mercado para favorecer la comercialización de productos que hayan resultado de la valorización de los residuos textiles.
 
El APL se encuentra en período de adhesión, ¿a cuántas empresas o marcas esperan convocar? 

A la fecha son ocho las empresas que se han sumado al APL: Blu Blu & Co, Botela, Eclipse, Falabella, Froens, Olivia & Sam, Patagonia y Ripley. Esperamos que más empresas también sean parte y hay plazo hasta el 10 de noviembre para poder adherir. 

Por cierto, pretendemos duplicar este número, por eso invitamos a los interesados a escribirnos y agendar una reunión para poder aclarar las dudas. 
 

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